Jacobo Garrido ya prueba la piscina del Centro Acuático de Tokio, donde en unos días debutará en unos Juegos Paralímpicos cumpliendo un sueño que le acompaña desde hace más de cinco años, cuando siendo un niño estuvo a punto de clasificarse para Río 2016. El nadador coruñés viajó a la capital de Japón el pasado jueves y en estos días ha estado aclimatándose a la Villa Olímpica, pero también disfrutando de una experiencia única como se puede comprobar en los vídeos que periódicamente sube a sus redes sociales y en los que va dando cuenta de su aventura olímpica. Ahora ya cuenta los días que le quedan para saltar al agua y luchar por la tan deseada medalla en los 400 libres, una distancia que ya le ha reportado un oro en el Campeonato del Mundo y una plata y un bronce en los Campeonatos de Europa y en la que, con este palmarés, es uno de los candidatos al podio en la clase S9.
Garrido se pasó el último mes concentrado en el CAR de Sant Cugat —también su centro de entrenamiento habitual de esta temporada—, que sirvió prácticamente de burbuja para los casi 150 deportistas del equipo paralímpico español. Desde allí se desplazaron al aeropuerto de Barcelona para coger un avión con destino a Madrid, donde tenían que enlazar con el que les llevaría hasta Tokio. 11.000 kilómetros con una última etapa, el autobús que los dejó en la Villa Olímpica. Desde allí Garrido subió un vídeo para enseñar a sus seguidores algunas de las salas de juego y de descanso de las que podrá disfrutar durante las próximas semanas, aunque el gran momento fue el encuentro con la piscina, el escenario donde se cumplen los sueños. En esas calles, el representante del Club Natación Liceo ya ha dado sus primeras brazadas antes del gran estreno del próximo miércoles.